Recientemente, alguien se me acercó y me dijo que el evento „Shut up! It´s Christmas! es imposible. ¿Misa en un salón de baile? ¿Fiesta en Adviento? ¿Adoración en un bar? ¿Cómo que les ocure? Para decirlo en breve: Porque no podemos de otra manera. Queremos amar a las personas como lo hizo Jesus. La motivación detrás de todo lo que hagamos aquí en el Centro Juan Pablo II. es, que las personas nos importan, y no solamente aquellos que ya van a la Iglesia. Jesus amó a la gente. Esa es la razón por la cual tales multitudes vinieron a escucharlo. Me pregunto a veces, ¿cómo es con nosotros? ¿No nos importa la gente más allá de los muros de nuestra iglesia? Nos quejamos que haya tantos que se alejen de la Iglesia, del número cada vez más reducido de fieligreses, pero seamos honestos: ¿tal vez la razón por la cual las masas ya no están con nosotros es que no queremos a las masas?* Tal vez nos parece mucho más cómodo sin ellas? Tal vez amamos nuestro confort más que las personas que no conocen a Jesús? Centrarse en la gente alejados de la iglesia significa abandonar la propia zona de confort. Requiere la voluntad de hacer cosas que son nuevas e incómodas. Se necesitan personas desinteresadas para hacer crecer una iglesia local. Gente dispuestas a relacionarse con aquellos que piensan de manera diferente y tal vez viven de manera muy diferente. Amor desinteresado es lo opuesto de “busco una relación contigo para que tu formes parte de mi club llamado Iglesia.” Amar de verdad a los demás incondicionalmente. Como Jesús.
Jesús compara la misión con la pesca. Y eso significa lanzar redes y pescar. Y a menudo también olores fuertes y manos sucias. Primero se deben quitar las escamas, quitar las tripas, lavar el pescado y luego cocinarlo o freírlo … solo entonces llega al plato. El cristiano maduro no surge de la nada. Tengo la impresión de que a menudo no queremos el pescado en absoluto. Preferimos quedarnos con el bistec. O tal vez peor: la comparación de peces nos molesta. No queremos pescar. Estamos bien. Me pregunto si aún estamos convencidos de que nada mejor le puede pasar a los peces que pescarlos. Aquí, por supuesto, la comparación cojea, pero eso es lo que Jesús ya quería. Porque él mismo dijo: „Quien intente ganar la vida la perderá“ y, para citarle otra metáfora: „Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere“. Por cierto, esto es lo que el bautismo significa ser sepultado con Cristo para resucitar con él.
Si nuestras parroquias y comunidades y movimientos realmente quieren acercar la gente a la iglesia, entonces tenemos que estar preparados para enfrentar todo tipo de problemas y relacionarnos con personas que tienen todo tipo de problemas. El secreto de cómo llegar a los distanciados de la iglesia es aprender a ver las cosas desde su perspectiva, entrar en su mundo de pensar. Pero cuanto más nos movemos entre los cristianos, menos lo hacemos. Este es un problema para todos, pero especialmente para nosotros los clérigos. Igualmente importante: Amarles. Amarles. Amarles. Como son. Para que puedan convertirse en lo que Dios pensó, cuando soñó de ellos desde la eternidad (Ef 1,1 ff). No desde arriba, sino de igual a igual. No cómo sabelotodo. Sino como personas conscientes de haber recibido un don increíblemente grande, la posibilidad y la capacidad de vivir en una relación de amistad con Dios mismo. Un don, que no se puede guardar por sí mismo, un don, que se quiere compartir.
En última instancia, todo depende de la pregunta: ¿Quién es Jesus? ¿Es un gran hombre que nos ha traído lecciones interesantes? Si es así, solo lo seguiré mientras su enseñanza siga siendo emocionante para mí. De lo contrario, echaré un vistazo a Buda, Confucio o incluso a Mohammed. Pero si él es quien dice ser, con una demanda absoluta que no deja salida, es decir, si es el camino (no cualquier camino) la verdad (no cualquier verdad), la vida (no cualquier filosofía de vida o idea de cómo puedo vivir mejor), pues entonces, todo es diferente. Entonces, no solo es un hombre inteligente que ha tratado de encontrar respuestas a los problemas de la humanidad, sino que él mismo es la respuesta. Entonces no establezco mis estándares y lo sigo a él mientras él siga siendo interesante para mí, sino él mismo es el criterio por el cual todo lo demás tiene que medirse. Él es el Redentor del mundo. Él es el quien quiere y puede darnos vida, y lo dará abundantemente cuando nos abramos a este regalo. Y él no solo da una respuesta a la última pregunta, la cuestión de la muerte, sino que él da vida, vida eterna, que es él mismo.
Si es así, entonces no es indiferente si mi estudiante o colega Phillipp lo conoce o no. Entonces no importa si Anna, mi amiga de la escuela, ha experimentado el poder salvador de su amor o no. Entonces hace una gran diferencia si Hans o Hannelore, que siguen charlando conmigo en el patio mientras cuidamos a nuestros hijos, han oído hablar del real Jesús antes o no realmente han escuchado de él. Y es por eso que organizamos “Shut Up It’s Christmas”. Queremos darle a las personas la oportunidad de conocer a Jesucristo y así experimentar algo del amor que es Dios mismo. Esto es, por supuesto, un regalo que Dios tiene que dar, pero podemos preparar el terreno para él. Silencio. La reflexión. Las personas que con la ayuda de arriba irradian algo de su aceptación amorosa incondicional. Un predica que tiene una profunda relevancia para la vida y la relación con este Dios. Música que hace brillar algo de la gloria de Dios y toca corazones. Una fiesta, que en sí mismo tiene una profundidad inesperada para muchos, porque realmente se celebra algo, o mejor dicho, alguien. Queremos servir en aquella noche. Vivir el amor. Sin más.
El Papa Francisco dijo: más bien una iglesia que tiene algunos baches y se ensucia las manos que una iglesia que no hace nada, que solo se preocupa de sí misma. Jean Vanier, fundador del „Arca“, recordó en una ocasión, que las comunidades sanas solo se mantienen sana, si la razón por la que se unieron se encuentra fuera de esta misma comunidad. De lo contrario, se enfermará. Queremos tratar de ser una comunidad sana o, al menos, serlo cada vez más.
¿Vas a venir? Asegúrese de llevar a alguien que no conozca a Jesús, que esté luchando con la Iglesia, que tenga dudas o que necesite un nuevo impulso en su fe. Esta noche es para él. ¿Qué mejor momento para qué una persona lejos de la iglesia le de otra oportunidad que la Navidad?
Foto: WordSwag & Daniel Auer Photography
NB; *Muchas de estas ideas vienen de un artículo de Rick Warren (que ya no sé dónde lo leí), sobre todo al inicio del artículo. La frase sobre las „masas“ es casi una cita de él, el imagen del pez también tengo de él etc. Es sobre todo en la segunda parte del artículo en que traigo algunas consequencias por el propio trabajo